En los últimos años se ha desatado una ola de dimes y
diretes, no solo entre los gobernantes y políticos de España y Venezuela; sino
hasta entre familiares y amigos que discutimos en las redes sociales acerca del
porqué del interés “repentino” de España en
las supuestas violaciones que existen en Venezuela a los derechos
fundamentales de los ciudadanos venezolanos.
Como conocedora de ambas realidades, desde un punto de vista
cotidiano y actual, quiero emitir mi opinión al respecto. No soy analista
política, soy educadora; y en ello me baso para plasmar mi juicio; la
ignorancia es la base de todos los males y aquí hay mucho de ello.
Foto cortesía www.canaldenoticia.com
Recientemente recibimos la visita del diputado y presidente
del partido Ciudadanos, Albert Rivera; muy criticada por la izquierda española.
También estuvo aquí, pasando sin pena ni gloria, Zapatero, intentando con su “talante”
dialogar donde es imposible. A los españoles les digo que también hemos
recibido las visitas de la hija de Mandela, de ex-presidentes de Chile,
Colombia, Costa Rica y muchos otros que han querido mediar en una situación
donde hay un sector que no quiere oír.
Para no hacer este escrito muy largo, quiero decir en primer
lugar que por supuesto que pienso que la intención primera de España es
electoral, anular la fuerza adquirida por Podemos. El que yo piense que está
bien no tiene ninguna importancia. Es una estrategia y punto. Podría dedicarle
un post entero al hecho de que aun siendo yo republicana (mi único momento
monárquico fue el “¿por qué no te callas? de Juan Carlos I) y simpatizante
eterna de la izquierda venezolana, estoy absolutamente convencida de que la
ideología radical de Pablo Iglesias y sus copartidarios sería muchísimo peor
para España que Chávez y Maduro para Venezuela.
Foto Ignacio Gil
¿Por qué Venezuela y no Oriente próximo, donde muere tanta
gente, donde hay tantos y más graves problemas? Pues porque en Venezuela hay
más de 200.000 españoles y otros tantos como yo, con doble nacionalidad, lo que
crea un lazo indisoluble con España. Esto no sucede en ningún país árabe y no
quiere decir que no nos importe la gente que allí vive, pero es menester
recordar que cada gobierno (menos el venezolano) tiene el deber de proteger a
su gente. España es, después de Estados Unidos, el país que más venezolanos
recibe como inmigrantes, casi todos legales por lo de la doble nacionalidad.
Las colas en el consulado español son tan largas como en el supermercado. Eso
puede llegar a ser un problema para la España del paro y de la crisis. No
pueden negarles la entrada ni la seguridad social ni el subsidio de emigrante
retornado, la mayoría son españoles por ser hijos de españoles; eso también es
un problema político. ¿Lo habéis pensado?
Colas a la puerta del Edificio del Consulado de España
Foto cortesía www.noticiaaldia.com